Presumido

Pop en la era Google

Hay un lugar en Fozara en el que están pasando cosas. Es uno de esos sitios del rural gallego en el que parece que no ocurre nada que no sea impuesto por los ciclos de la naturaleza. Pero es una falsa apariencia: en una vieja casa de esta parroquia de Ponteareas tiene su cuartel general Presumido, el dúo formado por Tarci Ávila y Nacho Dafonte. Desde ahí trabajan a diario para explorar las infinitas posibilidades que les ofrece la electrónica a la hora de vestir sus canciones, desde ahí crean pop en la época de los programadores. El último fruto de este synth pop 2. 0, como ellos lo definen, es Esa no era yo, el primer adelanto de su nuevo disco y acaba de ver la luz el 15 de junio.

Si hay una palabra que define la propuesta de Presumido esa es ambición: por llegar a más gente, por encontrar el sonido preciso, por ofrecer un proyecto coherente más allá de lo musical. Una ambición compatible, eso sí, con uno de los preceptos de la filosofía punk original, el ‘hazlo tú mismo’. Con sus propias manos, es literal, construyeron varios de los elementos clave de su espectáculo, como una batería electrónica o el juego de luces. Con su trabajo como obreros de la música para otras bandas se pagaron su aclamado primer disco, Vendettauna oscura recopilación de temas cargados de rencor, venganza y humor negro.

¿Un grupo que hace canciones de pop tenebroso y sensible, que suenan a electrónica sofisticada y todo bajo el espíritu del punk de los 70? Presumido parece un ejemplo de dialéctica hegeliana: avanza a partir de la tensión de elementos contrapuestos. Veremos más de estas contradicciones. Por ejemplo: “Siempre tuvimos claro que seríamos un grupo de estadios. Parece muy pedante, pero entendimos que desde abajo, aunque no teníamos medios, queríamos ofrecer un espectáculo impactante, de calidad. Pues vamos a ser un grupo de estadios pero a nivel maqueta”. Habla Tarci, el locuaz cantante de Presumido, y de sus palabras brota también otra de las señas de identidad que atraviesa toda la propuesta del dúo, la retranca.

A esta hora están lejos de llenar grandes recintos con su pop electrónico, pero sí más cerca que aquel lejano 2013 en que Tarci Ávila, un guitarrista forjado en la escena indie y rock de Vigo, se sumergió en el mundo de los sintetizadores. De aquella lanzó Presumido como un proyecto unipersonal, pero los resultados no fueron satisfactorios: “Era muy exigente y a la vez poco eficaz, tocaba demasiados instrumentos. Ni yo lo disfrutaba ni la gente enganchaba”. Así que metió la idea del synth pop en el cajón y no la sacó hasta tres años más tarde, cuando se topó con Nacho. Ambos coincidieron como músicos de bandas como Eladio y los Seres Queridos, Villanueva y Aerolíneas Federales. Por eso a Tarci le gusta situar el inicio de Presumido en el momento en que ambos empezaron a trabajar juntos. Conservaron, eso sí, el nombre primigenio, en singular (otra contradicción), con el que buscaba describir el concepto con una sola palabra.

-Tarci: Cuando entró Nacho le propuse si cambiarlo. Su respuesta fue: “Me parece que es un proyecto del que presumir”.

-Nacho: Aparte, “Presumidos”, ¡horrible! ¡Suena súper maquetero!

Durante la conversación se repetirá el esquema. Tarci lleva el peso, desarrolla, casi torrencial, cualquiera de las varias aristas del proyecto. Nacho, en segundo plano pero en estado de alerta, asiente, apostilla, puntualiza, a veces contradice. Por momentos sus voces chocan. Da idea de cómo funcionan a nivel personal. Y es que en un equipo de solo dos, que comparten horas y horas en la soledad de “Villa Presumida” -conviven en la casa de esta parroquia de Ponteareas de lunes a viernes para trabajar en todos los aspectos de Presumido-, la relación entre ambos se presupone problemática. Y aquí, en vez de a Hegel, se puede recurrir al taoísmo, al Yin Yang, a las fuerzas que se oponen y a la vez se complementan.

-Tarci: Somos como una pareja

-Nacho: Ya se conoce uno a otro.

-Tarci: La puta clave, y por eso nos llevamos tan bien, es que somos totalmente diferentes. Yo soy súper impulsivo, él reflexivo; yo de letras, él de ciencias; yo humanista; él científico, mecanicista, ingeniero… Si fuéramos dos como yo nos daríamos de hostias y si fuéramos dos como él nos aburriríamos (risas). Nos complementamos a la perfección. Mogollón de peña piensa que somos gays, siempre decimos que es envidia, porque a la gente le jode que dos compañeros de trabajo se lleven tan bien.

Y eso que, cuando coincidieron en sus primeras giras, empezaron con mal pie: gritándose a la cara y tirándose los trastos.

presumido entrevista

Pero, ¿qué es eso de synth pop 2. 0? Pues la actualización del sonido de las bandas clásicas de la música electrónica: Kraftwerk en los 70, Depeche Mode en los 80 y Massive Attack en los 90, con ecos de los contemporáneos Moderat. Todo bajo el reinado de la melodía. “A veces nos han encasillado como grupo electrónico y no considero que lo seamos; somos un grupo de pop pero nuestra instrumentación es electrónica. Pero son canciones de pop, con acordes de pop, progresiones de pop y estribillos de pop”, resume Tarci. Y, más allá de estructuras y armonías, hay algo que late en la música de Presumido, una energía, una intensidad, que contrasta con el lugar común de la electrónica como un género frío y repetitivo. “El proceso que seguimos a la hora de hacer las canciones es muy orgánico, improvisamos muchas tomas”, comenta Nacho sobre la grabación de Vendetta. Complementa Tarci: “Sabíamos el ritmo y la armonía de la canción, entonces íbamos probando con un sintetizador, con otro”. Todo está tocado por ellos (o por alguno de sus colaboradores de lujo), aunque luego se procese digitalmente. Una forma de hacer que remite a su pasado como músicos -guitarrista y batería- de rock e indie y que se deja sentir bajo el tamiz electrónico.

Todo empieza con una progresión de acordes y una línea de voz. Y a partir de ahí, una búsqueda casi enfermiza del sonido que mejor encaje para vestir esa canción: los timbales y los platos de la batería de Ahógate se grabaron en una sala con paredes de piedra de Planta Sónica; el piano de Desde aquí es el del pub La Casa de Arriba; hay voces grabadas dentro de baños; los ex de Piratas Paco Serén y Pablo Álvarez grabaron tomas de sitar y santur que luego se ‘tunearon’ en el estudio. Para su nuevo single contaron con la colaboración del famoso baterista José ‘Niño’ Bruno (músico de Andrés Calamaro o Fito y Fitipaldis): dobló una de las baterías de Nacho, lo grabó con un solo micro (de los años 20) y luego ellos superpusieron la reverberación captada a la batería original. “Ya ves a qué nivel de ‘frikismo’ llegamos”. “A dos personas que venimos de la música orgánica, del rock, es también lo que nos enganchó de la electrónica, la cantidad de posibilidades. En clave de rock llegamos hasta aquí, pero en clave de electrónica los sonidos son infinitos. Puedo estar rayándome toda la vida con una canción y cada día me va a sonar diferente”, explica Tarci.

¿Y cómo se lleva eso al directo?

-Tarci: Pues muy fácil. Unas cosas las tocamos.

-Nacho: Otras con samplers.

-Tarci: Él cada vez toca más, pero yo toco menos. Al principio llevaba cuatro sintetizadores y al final parecía un Nacho Cano y no me conseguía centrar en las letras. Entonces voy pasando más a DJ que músico, voy soltando las secuencias; pero aún toco la guitarra en algunos temas y sintetizadores. Teníamos un órgano de iglesia que grabamos para el disco. ¿Qué hacemos? ¿Me busco un church organ de estos de mierda y el space eco que le pusimos en el estudio le meto un plugin de reverb y lo hacemos a lo cutre? No, prefiero ser más honesto, el órgano que he grabado y procesado, como haría Daft Punk, lanzarlo.

-Nacho: Si tuviéramos que llevar toda la infraestructura de cómo grabamos todo sería inviable. Para eso existe samplear. Y variamos, porque al final los temas son diferentes al disco, no tiene nada que ver. Lo reinterpretamos con los sonidos grabados.

-Tarci: En Desde aquí le quitamos el piano (el elemento más característico de la que es su canción favorita del disco, N. del R.) y ahora lleva melotrones. Esa es la gracia. Y ya no es una cuestión de medios, si el día de mañana fuésemos una banda de la hostia… es que es inviable. Si grabas un órgano de iglesia, lo grabas detrás de una catarata y coges la reverb del agua, eso no se puede llevar a un escenario.

-Nacho: A no ser que seas Bjork (risas).

La respuesta a la pregunta sobre cómo llevar todo ese rompecabezas de sonidos dispares al escenario empezó con un “muy fácil”. Nada más lejos. Se pasaron meses preparando la mezcla para que todo estuviese en su sitio, incluida una semana entera en La Fábrica de Chocolate junto con su técnico de sonido -“él y el nuestro productor, Iago Lorenzo, son dos músicos más de la banda”- probando que todo funcionase. “Al final somos como unos programadores. Programamos todo, además sincronizamos luces y sonido. Es como si fuésemos unos programadores de Facebook o de Google. Hay que tocarlo, pero para que quede bien hay un curro de programador”. Nacho, redefiniendo el concepto de músico en la era del algoritmo.

El resultado es un directo potente, lleno de intensidad rockera, realzado por el espectáculo de luces artesanal y las proyecciones, también hechas por ellos mismos. Una puesta en escena que les ha servido para ir ensanchando su base de seguidores. Desde que unieron sus fuerzas, han hecho salas, festivales y una incursión por Francia, con gran acogida. Su momento culmen, hasta la fecha, llegó el año pasado con su actuación antes miles de personas en la fiesta del Día Mundial del Orgullo Gay, un trampolín que además les abrió las puertas del público homosexual, en especial en la capital del Estado y en Barcelona.

Nacho Dafonte, en primer plano, con Tarci Ávila en segundo término | Marta G. Brea

Pero no parece que recrearse en las victorias del pasado satisfaga la ambición de Presumido. Ya trabajan en su segundo disco, que, de acuerdo con su discográfica, Música Bus Records, debe ver la luz el año próximo. “Aún conservando la intención pop será más electrónico”, avanza Tarci, que señala al single Esa no soy yo, como puente “perfecto” hacia las nuevas canciones, con su estrofa marcadamente electrónica en contraste con estribillo de clara inspiración rock. A sus espaldas, la experiencia de grabación de Vendetta. Compusieron más de 100 temas, que al final cribó su productor, Iago Lorenzo: se quedó con 10 de los últimos 15 en escribir, una señal obvia del proceso de aprendizaje y de búsqueda de identidad que recorrieron. “Ahora ya hay diana”, apunta Nacho, y Tarci desarrolla: “Salían cosas muy dispares, ahora ya tiene más homogeneidad. Podemos hacer un tema de tempo rápido o lento, más agudo o más grave, más simple o más complejo, pero todo tiene una identidad común”.

Una identidad que va más allá de la música. Presumido es un grupo, sí, pero la definición queda algo estrecha: es un proyecto. Se citó antes la parte visual de su espectáculo, pero hay una dimensión de su discurso estético que desborda los escenarios y el estudio de grabación. Lo vuelcan en sus redes sociales -se hicieron famosos sus vídeos bañándose desnudos en el Tea, un rito que aseguran que mantienen a diario- y en su blog Palabras Presumidas. Allí fueron subiendo 10 recreaciones fotográficas, con ellos de protagonistas, de 10 cuadros que admiran, uno por cada tema del disco. Cristina Pontanilla se encargó de las sesiones; los resultados son sorprendentes. Ahora han pasado a una segunda fase en la que van colgando vídeos, a modo de tutorial, en los que explican cómo construyeron distintos elementos de su espectáculo, como las luces o sus propios controladores midi. Un ‘Briconomía’ para músicos.

“Vendamos humo para despistarnos”, canta Tarci en Desde aquí. Un verso muy acorde con el espíritu de los tiemposPero no se dejen engañar por la ironía posmoderna. Lo que ofrece Presumido -buenas canciones, proyecto estético, voluntad experimental, ambición de éxito- es sólido como los troncos de los carballos y castiñeiros que rodean su cuartel general de Fozara.

La música de Vigo, en seis preguntas

Tu grupo/artista de Vigo favorito:

Tarci: Voltaica.

Nacho: Crawl.

Un sitio para tocar en Vigo:

Presumido: La Fábrica de Chocolate.

El mejor concierto de Castrelos:

Tarci: Todavía no sucedió.

Nacho: The Prodigy.

Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar

Tarci: Nicolás Pastoriza.

Nacho: Voltaica.

The next big thing de la escena viguesa

Tarci: Kaixo.

Nacho: Abelo Valis.

¿Qué opináis de la escena musical en Vigo?

Creemos que hay muy buenas bandas de diferentes estilos (Basanta, Voltaica, Stoned At Pompei…) pero si está sucediendo algo parecido a una «escena», solo ocurre en el ámbito del trap, donde sí que hay varios artistas que están en primera línea nacional (Abelo Valis, Kaixo…) arropados por una marca Vigo que se respeta, valora y marca tendencia fuera. Por lo demás, como decimos, hay artistas (y de calidad), pero no escena.

Quién es quién

presumido tarci

Tarci Ávila

En Presumido: Voz, letrista, guitarras, bajos, sintetizarores y cacharros varios.

Tarci, natural de O Barco de Valdeorras (1987), fue guitarrista en estudio y/o en directo de bandas como Igloo («empecé a los grande, en los festivales de verano, luego en invierno descubrí lo que es el rock & roll»), Eladio y los Seres Queridos, The Blows (en su última etapa, cuando se pasaron al castellano); Villanueva o Aerolíneas Federales. También ejerció como director musical de ‘Galicia Caníbal’, el musical sobre la movida gallega. En Madrid siguió trabajando para otros hasta que lanzó Presumido, su primer proyecto propio.

Nacho Dafonte

En Presumido se encarga de la sección rítmica (batería electrónica, caja de ritmo) y también de sintetizadores y otros aparatos.

Nacho, nacido ya en los 90, empezó muy joven, tocando la batería con el grupo de metal Neverside. También estuvo en MINIM, una banda de rock electrónico y cyber punk. con la que, siendo menor, tocó por Europa abriendo para grupos como Sepultura o Blind Guardian. Conoció a Tarci cuando fue a hacer una fecha con Eladio y Los Seres Queridos. Luego también lo reclutaron para Villanueva y Aerolíneas Federales.

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Galería

En cuatro notas


Presumido irrumpió en la escena a principios de 2017 con Vendetta, un disco de pop electrónico sofisticado, con letras cargadas de rencor y un punto de humor negro. El dúo formado por Tarci Ávila y Nacho Dafonte acaba de publicar ‘Esa no soy yo’, primer adelanto de su segundo álbum, desde ya uno de los trabajos más esperados de los próximos meses en el panorama de la música alternativa española.