EL FUTURO EXISTÍA PARA DAKIDARRÍA: UNA GRAN FAMILIA
Hervían las calles en aquellos primeros 2000 –Prestige, guerra de Irak, altermundismo- cuando cuatro postadolescentes de O Val Miñor decidieron montar un grupo de punk rock para “vomitar” su rabia antisistema. Muchas cosas han cambiado en estos 15 años, tanto dentro como fuera de Dakidarría. «Ahora podemos ir presos por cosas que escribimos en 2003», apunta Gabri Reigosa, cantante, guitarrista y uno de aquellos “putos imberbes”. Pero alguna permanece, como la confianza en la música como herramienta de cambio social: “Por eso seguimos aquí, por dinero no va a ser”. Para celebrar sus tres lustros de vida, el grupo dará en Bueu el próximo sábado, 10 de noviembre, un concierto fuera de norma: más de tres horas de música, 40 colaboradores, la presencia de los antiguos miembros, buses fletados desde varias ciudades gallegas. La gran fiesta de una familia que no para de crecer.
Inmersos en la vorágine de organizar un evento de dimensiones extraordinarias para un grupo underground, Gabri, el bajista Xavi Arias y el saxofonista Anxo Iglesias encuentran un hueco para avanzar algunos detalles de un evento gratuito en el que llevan trabajando desde septiembre. Entre la emoción por la respuesta que están obteniendo -irán a Bueu seguidores y amigos de toda la península- y un punto de tensión –“hacía mucho tiempo que no estaba nervioso por un concierto”, confiesa Anxo-, también aprovechan para echar la vista atrás y reflexionar sobre una trayectoria que, paso a paso, les ha sido situando en la primera fila de la música contestaria.
A la cuestión de qué ha cambiado en todo este tiempo, la respuesta también brota de inmediato.
Gabri: Que ahora mismo podemos ir presos (risas).
Anxo: Cambió para mal.
Gabri: Ahora mismo podemos ir presos por canciones que escribimos hace 15 años. Y por las que escribimos el año pasado también. La libertad de expresión está a punto de ser asesinada otra vez.
Lo ejemplifican con algo que les ocurrió el año pasado en Combarro, y que hasta ahora nunca habían contado en público. Un suceso con paralelismos con el que protagonizó Evaristo Páramos, exlíder de La Polla Récords, hace solo unos meses. A la entrada de la zona de descarga del festival Armadiña Rock un policía local, de sobriedad dudosa, de acuerdo con el relato del grupo, les increpó y mantuvieron una pequeña discusión. Finalmente pasaron, dieron su concierto, recogieron y se fueron. Parecía que la cosa había quedado en nada, pero unos meses después les llegó una multa por “intentar poner a la gente del público en contra de las actuaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad, con el riesgo que eso suponía”. ¿La razón? Que en una canción Gabri gritó que “siempre está la puta policía en el medio”. Una consigna habitual en sus conciertos, como se puede comprobar hacia el final de este vídeo de una actuación de 2013, y que nunca les había supuesto mayor problema.
Es obvio que si Dakidarría va a celebrar en Bueu su decimoquinto aniversario es porque siguen confiando en el poder de la música para cambiar el mundo. Y se ponen a sí mismos de ejemplo, de cómo la conciencia política les llegó a través de la canciones. “Es algo que se propaga muy rápido, y por eso está pasando lo que está pasando con la libertad de expresión”, comenta el cantante, que remacha: “Es un arma”. Eso sí, si sus instrumentos son como la guitarra de Woody Guthrie, que mataba fascistas, van a tener trabajo, visto el panorama ahí fuera.
Lo que sí han cambiado es el vehículo en el que expresan esas ideas (también durante esta entrevista): les gusta bromear con que son la primera banda neofalante del país y exhiben con orgullo el esfuerzo que les supuso. Nacidos en una zona fuertemente castellanizada como O Val Miñor, lo natural para Gabri fue empezar a escribir sus letras en español. “No me resultaba importante al principio, creía que lo relevante era el mensaje y que con el gallego no podríamos salir a Latinoamérica. No me daba cuenta de que estaba cantando contra el sistema y contra la globalización en la lengua del equipo opresor”. Se ríe al contarlo, quizás de sus ideas de entonces. El contacto con otros activistas les hizo ver la incongruencia, y el paso definitivo fue regrabar traducidos al idioma del país los siete temas en castellano que figuraban en Utopías Emergentes, un proyecto para recaudar fondos en favor de los presos independentistas “dispersos bajo regímenes muy poco humanos”.
“Cuando cambiamos nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos en cuanto a lo de salir fuera”. En su caso, cantar en gallego no ha sido un hándicap para ir aumentando su base de seguidores en el resto del Estado. Ellos creen que al contrario. “Vas a Madrid, a Ciudad Real, a Cáceres y las canciones que más se corean son las que están en gallego. La gente lo que quiere es que le cantes en tu idioma y que sea real”, explica Gabri, y confiesa, mientras Anxo asiente a su lado, que se le eriza el pelo cuando en alguna de esas ciudades el público grita al unísono Terra, la canción que les hizo despegar hace unos cinco años. “Nos sentimos embajadores, partícipes de que el uso del idioma crezca y de que las políticas lingüísticas existentes no ganen la partida”.
No se podría decir exactamente lo mismo en 2003, pero hoy en día Dakidarría es grupo crítico pero esperanzado. Por ejemplo, ven que su caso, el de Sés o el de Terbutalina demuestran la buena salud de la música en gallego. También observan una creciente escena de música contestaria, que ya no solo se expresa a través del punk o el ska como ellos, sino que utiliza muchos otros géneros, como el rap o la electrónica. Y, a nivel de Estado, saludan el relevo generacional en un circuito que, en cuanto a grandes nombres, había quedado anquilosado.
FARO: Se os ve optimistas.
Anxo: La esperanza no se puede perder, si no no vamos a ningún lado.
Gabri: Si quieres decimos obviedades, que no hay apoyo institucional, ni circuito, ni nada. Pero sí que somos optimistas. Puede parecer que somos un grupo protestón, pero si no tuviésemos esperanza y alegría no valdría la pena ser rebelde.
“Todo é posible se o podes imaxinar” es un verso de A mocidade activa, otro de sus himnos que seguro sonará en Bueu el sábado y que sirve de síntesis de su “filosofía incendiaria”. ¿Y qué planes imaginan Dakidarría después de celebrar sus 15 años en la brecha?
Gabri: Buff. Quince días de resaca.
No aclara si física, emocional o ambas. Ya que va de imaginar, queda a la imaginación del lector.
La música de Vigo, en seis preguntas
Tu grupo/artista de Vigo favorito:
Gabri: Skacha.
Un sitio para tocar en Vigo:
Gabri: Castrelos.
El mejor concierto de Castrelos:
Gabri: O concerto de Saldos Arias antes de Bad Religion
Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar
Gabri: MAGÚ.
The next big thing de la escena viguesa
Gabri: Abel Caballero abrindo actuacións.
¿Qué opinás de la escena musical en Vigo?
Gabri: Creo que Vigo e arredores, coma sempre, é un lugar moi rico en calidade e diversidade musical. Sigamos por este camiño.