Kaixo

PROFETA PARA UNA REBELIÓN NEWPUNK

Un fantasma recorre las clases medias empobrecidas y las bajas que nunca dejaron de serlo pese al espejismo crediticio: el fantasma de la frustración y el desencanto. Frente a ello Kaixo tiene un grito de guerra: “Amotínate o muere”. No hay más alternativa para este músico de Vigo, empeñado en liderar una rebelión newpunk dentro del trap-“es que a lo mejor no hago trap”, salta – del Estado español. Pues digamos nueva música urbana, un género que en el último lustro ha ido emergiendo desde el subsuelo de la sociedad hasta convertirse en una opción más dentro del mercado cultural normalizado.

Tras la publicación a finales de julio del single ‘From darkness with love’, remezcla de un tema de Ceclio G., se avecina un otoño caliente para Kaixo: en septiembre sale la primera parte de su nuevo trabajo, concebido como un triple EP con el título #newpunkriots. Lo hará bajo Overdose, el sello que acaba de crear junto a su manager y con el que planean sacar a otros artistas que están empezando. “El EP tiene un sonido muy oscuro, muy cercano al sonido de Florida, de Denzel Curry”. En noviembre vendrá una segunda descarga de disturbios, esta vez en forma de dos o tres “baladones” (¿qué será un “baladón” para Kaixo?), y ya en enero el punto culminante, el #newpunkriots3, bajo la supervisión de Mwëslee, productor de música electrónica y DJ vigués de renombre internacional. “Es el proyecto que más me apetece, tendrá un sonido más electrónico, más cercano a Drop Out”, un trabajo suyo de 2013, en los albores de la revolución trapera.

Aproximarse a Kaixo, hiperactivo, embarcado en mil proyectos, es como adentrarse en los rescoldos humeantes de una manifestación que acabó en batalla: una aparente confusión lo rodea. Tratamos de poner orden al caos en una mañana lluviosa de finales de julio junto al puerto de Vigo. Una postal perfecta para hablar de rabia, violencia, tristeza y desconcierto, unas pocas semanas antes de que cierre el cartel musical de O Marisquiño 2018, como Overdose DJ. Justo antes de encender la grabadora llegan los primeros rumores de la cancelación del concierto de Yung Beef en el festival de cultura urbana.

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Kaixo en el muelle de Guixar | Marta G. Brea

“Digo newpunk porque como a todo se le quiere poner una etiqueta, pues esa es la mía. Tengo una actitud punk, no caso con las normas generales que marca la sociedad y no voy a casar nunca. Antes que eso me voy a vivir a la aldea a plantar marihuana y tomates”. Más allá de que en su música no haya guitarras distorsionadas, secuencias de tres acordes y ritmos acelerados, es innegable que sus letras plasman un cierto nihilismo, una respuesta violenta a la opresión, un uso de las drogas como vía de escape -material y mental- que conectan con el movimiento que a finales de los 70 irrumpió en la escena cultural británica y estadounidense. “En mis conciertos siempre ha habido pogo -el baile mezcla de saltos y empujones que nació en los primeros conciertos de punk- desde 2013. Ahora se está poniendo de moda en el rap, pero era algo que tenía que llegar, una visión más oscura”.

En esta última explicación se encuentran los dos leitmotivs que atraviesan toda la charla con Kaixo: la insistente reivindicación de lo oscuro y la sensación de ir un paso por delante.

Sobre lo oscuro de su propuesta en oposición a la deriva “veraniega, mediterránea” que observa en la parte de la nueva música urbana que está alcanzando el éxito masivo esgrime: “Es demasiado pastelero todo. El mainstream quiere obviar que existen sentimientos encontrados y que no se es feliz siempre. Solo quieren que hables de amor, o desamor, o de ‘esta no me quiere’, o de ‘quiero mi pasta’; y hay muchas más cosas dentro de uno mismo. Una visión oscura no interesa. Es como en Un mundo feliz (la novela distópica de Aldous Huxley), que están comiendo el soma para evitar la tristeza. Al final el mainstream está dándole soma a la peña para que no sea capaz de percibir el mundo tal y como es”.

A él, en cambio, los que le gusta es cantar sobre la tristeza y la injusticia porque le completa como persona. Sus letras, en efecto, pueden fluir de un verso al siguiente de la angustia existencial al mensaje político directo, todo envuelto en una atmósfera musical hipertensa, punteada a menudo por sus característicos gritos. Y con frecuentes referencias al consumo de drogas, con un tratamiento muy crudo, muy visceral.

Kaixo: Sí, pero la vida es visceral. El público español es muy adolescente a nivel ideológico. Las drogas forman parte de la vida; todo es droga, desde el café a la heroína, todo son estados alterados de conciencia. Yo doy una visión de las drogas realista.

El músico anda alrededor de la treintena, pero parece que su espíritu conecta bien con un oyente en el filo de la postadolescencia. “Cada vez tengo un público más joven, pensé que iba a ser al revés. Quizás nosotros también tengamos estos sentimientos, pero intentamos obviarlos o darle una visión más madura a la vida. Pero al final sigue siendo una basura. Nada es como el primer amor, nada es como el primer fiestón increíble con tus colegas, nada es como tu primer triple en la liga infantil de basket. Obviar que es una basura me parece hipócrita”.

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Kaixo, ante unos contenedores en el Puerto de Vigo | Marta G. Brea

Se ha repetido mil veces que el trap es el nuevo punk, y el propio Kaixo recoge esta idea, por lo que tiene -al menos en su origen- de escupitajo contra el sistema, porque las formas de grabación caseras permiten llevar al máximo la filosofía del ‘hazlo tú mismo’ y también porque viene a facilitar la creación musical a cualquiera con inquietudes: con el autotune ni siquiera hay que ser capaz de afinar ni de tener la fluidez del rap, y las bases pueden ser extremadamente básicas. Pero es claro que en las producciones de este músico vigués hay un trabajo mucho más elaborado, además de años de experimentación y de ensayo-error. “No me interesan las cosas demasiado fáciles, si no ya habría hecho un montón de pasta”, afirma. Eso sí, por ahora consigue vivir, a caballo entre Madrid y Vigo, de su proyecto musical, que además de los lanzamientos discográficos y los bolos de rigor, incluye la organización de las fiestas Overdose. Son eventos con periodicidad mensual y ubicación variable en los que suelen pinchar él y otros DJ, tanto de Vigo como de fuera, y que se están convirtiendo en algo así como un crisol de tendencias dispares de la ciudad. La próxima cita, en la sala Cuomo al acabar la programación oficial durante los cuatro días de O Marisquiño.

Volviendo al segundo leitmotiv. A Kaixo, la impresión de ir a contracorriente le viene de sus mismos orígenes en la música. De adolescente se sintió atraído por el rap por lo que tenía de minoritario e intuitivo, y luego se encontró con que hasta dentro de las minorías hay bandos: “Cuando empezamos, la gente del hip-hop de Vigo era muy secta, no entendía que metiésemos frases en inglés -recurso omnipresente en la música urbana de ahora- o que quisiésemos tocar con una banda”. Tanto es así que él, Elecesar, Royce Rolo, con los que luego fundaría el colectivo Banana Bahía Music, encontraron más cobijo con los ‘rastas’ de Ganjahr Family y con Nahno y la gente del Rass que con sus supuestos colegas de escena. Empezaron a escuchar a los raperos del sur de Estados Unidos, como Rick Ross, UGK o Whiz Khalifa, que sentarían las bases del ascenso del trap. “Lo que hacíamos -rememora Kaixo- era experimentar de una forma muy inocente y aleatoria”, hasta que la irrupción de ASAP Rocky les hizo creer que podían “hacer algo”. Algo, eso sí, que allá por 2011, en un concierto en Zaragoza, solo apreciaba Kase O.

Kaixo: El principio fue muy complicado, solo quedan remordimientos.

Habitualmente torrencial en sus explicaciones, se detiene aquí.

Faro: ¿Por qué remordimientos?

Kaixo: Porque la gente no entendiera en aquella época la historia. Pero siempre pasa en España, siempre llega todo tarde.

Faro: Y ahora sientes que el tiempo te ha dado la razón.

Kaixo: Sí, claro. Tengo toda la puta razón. Y aun así no estoy del todo contento con la evolución. Porque lo que se ha conseguido es convertir el rap, el trap, el sonido del sur de Estados Unidos en algo que solo genera dinero, que no genera opinión.

Su tesis es que el trap español, a diferencia de lo que ocurre en los países del entorno, se está convirtiendo en un producto de consumo rápido en el que “no hay una valoración real de la música” y en el que “falta autenticidad”. Se está yendo, cree, a una “mercantilización brutal” dedicada solo a generar ‘hits’ y con la que “solo cinco o seis tíos están ganando pasta”. Un clásico del capitalismo tardío: asimilar las tendencias que brotan en los márgenes del sistema e integrarlas como una mercancía más en la feria de la diferenciación.

Kaixo: A mí no me importa que entren en el sistema, pero no se está generando industria. En el rock hay una industria, hay festivales, hay una valoración real del contenido. Tendrá que haber un proceso de maduración del oyente; el chaval de 16 años que escuchaba al principio PXXR GVNG (grupo de Yung Beef) y ahora escucha Rels B, lo siguiente dirá: “Dame alternativas”. En España maduramos muy lento. Y cuando la peña esté preparada ya habrá pasado todo, y eso es una mierda.

Otra vez, el desencanto. Aunque en su caso, no tiene nada de paralizante. Más bien al contrario, parece que ahí encuentra su motor. Su nuevo sello, Overdose, retoma los pasos de un proyecto fallido, Onovo, una discográfica que le encomendó dirigir Altafonte y a la que al poco de empezar retiró su apoyo. Así que ahora reactiva la idea, sin financiación externa, a fin de dar cabida a nuevos artistas que encajen con su visión “poco amable”. Tiene en cartera a la viguesa Baby Katze o los madrileños Monkey.

“Mi intención -dice Kaixo sobre el futuro de su proyecto musical, en un discurso que parece resumir una actitud vital- es ser todo lo contrario al mainstream, es cada vez ser más oscuro y abrir una puerta a otra historia y que acabe entrando. Por cojones. Es una evolución básica, no puede ser todo igual siempre”. Mientras tanto, “riot or die”.

La música de Vigo, en seis preguntas

Tu grupo/artista de Vigo favorito:

Mwëslee con muchísima diferencia. Puede que hubiera otros antes, pero él y Arkestra fueron los pioneros de la alternativa al hip-hop clásico que mandaba como una secta cuando yo empecé a hacer música. Siempre ha sido una inspiración y una suerte que fuera de aquí. Estamos planeando cosas juntos ahora.

Un sitio para tocar en Vigo:

La Iguana y La Fabrica de Chocolate, siempre han sido lugares mágicos para tocar o ver conciertos.

El mejor concierto de Castrelos:

He visto muchos, pero el mejor con mucha diferencia el de The Prodigy; ya podía estirarse un poco el alcalde y traer algo de esa guisa y menos Juanes y Manás.

Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar

Mwëslee, sinceramente creo que no tiene el reconocimiento real que debería. Pero en Vigo siempre ha pasado eso, nos olvidamos de los tremendos artistas que tenemos por aquí, siendo una ciudad tan pequeña. Parece que nos hemos acostumbrados a que siempre haya gente interesante a nivel artístico.

The next big thing de la escena viguesa

Hay unxs cuantos: Luadsant, Kings of the beach, Baby Katze…

¿Qué opináis de la escena musical en Vigo?

En Vigo no sé por qué exactamente siempre aflora un nivel artístico por encima de la media del Estado español.

Quién es

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Hijo de padres periodistas vinculados al mundo de la música, Kaixo creció entre discos. De adolescente era seguidor de bandas como Limp Bizkit, Deftones o Rammstein, pero su acercamiento a la creación musical llegó a través del hip-hop. Tuvo su primera crew en Cangas do Morrazo y, ya hacia el año 2010, fundó con Elecesar, Royce Rollo y otros raperos Banana Bahía Music, un colectivo que perdura. De esa época se queda con Daisy Spacy, grabado en 2011 junto a Elecesar.

Sitúa hacia 2013, año en que editó Drop out, el nacimiento -inconsciente- del newpunk. Luego se consolidaría en Days before sniffing (2014), Sniff, Sniff (2015) y Mallory (2017). El siguiente asalto, el triple #newpunkriots.

Galería

En cuatro notas


A punto de sacar el triple EP #newpunkriots en un contexto de auge de la música urbana, Kaixo se reafirma en su propuesta visceral y antisistema. Critica la mercantilización del trap y cree que el público español «es muy adolescente a nivel ideológico». Pese a ello, el vigués apuesta por una vuelta de tuerca cada vez más oscura a su música. Lo suyo siempre ha sido ir a la contra.