ROCK CONTRA LA CORRIENTE
Late entre los seis miembros The Soul Jacket un espíritu de aldea gala. Por lo irreductible de su apuesta por el rock & roll en un contexto tan hostil como la Hispania de la segunda década del siglo XXI; y también por esa discrepante y vacilona camaradería que muestran en torno a una mesa (y a una grabadora). Este viernes estrenan Plastic Jail, un disco en el que ven un compendio “depurado” de su ya larga carrera y, a la vez, una incursión por territorios inéditos. “Hemos hecho cosas que hace un mes y medio eran impensables”. Pero no, que nadie se espere “un tecladito para romper pistas”. Siguen hablando el mismo lenguaje que los grandes de la música americana de raíz, aunque esta vez con algún deje más británico. Se podrá comprobar mañana en el JJ Copas de Ponteareas, donde presentarán su criatura. Aviso: después no se les podrá ver en directo hasta dentro de una buena temporada.
Avanzar a contracorriente es un aparente oxímoron que podría servir para explicar la filosofía musical de esta banda, formada a medio camino entre Val Miñor y Vigo mediados los 2000, pero con el alma en Estados Unidos. “En este disco hemos roto algunas barreras para nosotros”, afirma Mauro Comesaña, batería y coletrista. Se refiere al acercamiento a géneros, como el power-pop, que antes no habían tocado, y a hacer cosas que tiempo atrás no estaban en condiciones de hacer. “No evolucionamos hacia donde va la industria, evolucionamos en el sentido de añadir estilos a nuestro currículo. Pero como el grupo ya tiene una personalidad, lo hacemos nuestro”, desarrolla Jorge Mizer, guitarrista y principal compositor de la música.
Mauro: La intención es esa, que al final suene a ti, no que venga alguien y diga “aquí se os fue la olla”, sino que diga “aquí explorasteis algo que no creía que fueseis capaces de haber hecho”.
Escuchadas las canciones nuevas, es difícil pensar que alguno de sus seguidores perciba que ese sonido no es el de The Soul Jacket. Ellos auguran que su público quedará sorprendido en algunos momentos. “Pero no creo que nadie piense que cambiamos, que nos vendimos o que ya no molamos. Los que nos siguen desde hace tiempo saben que no somos conformistas, que siempre estamos buscando una vuelta de tuerca y un camino nuevo”, reflexiona Toño.
Una vez de vuelta a la conversación, se le pregunta a Jorge por la fuente de tanta inspiración. “¿Cómo respondo a eso? No sé, como decía Picasso, que la inspiración te pille trabajando”. Después de bromear sobre sus obligaciones laborales, retoma el hilo: “Estaba escuchando discos que no conocía, mucha música británica. Eso fue lo que nos hizo cambiar el rumbo. Es fundamental a la hora de componer; si escuchas los discos que ya te sabes de memoria es imposible que te salga algo”. Entre esas músicas que estaba explorando menciona el blues de John Mayall, el power-pop de Elvis Costello o el último disco de Arctic Monkeys.
FARO: ¿De verdad hay algo de los de Alex Turner en las nuevas canciones de The Soul Jacket?
Jorge: Sí, un mono -y señala a Jann-.
Jann: ¿Y por qué yo?
Jorge: Por el pelo.
No será la única vez que la entrevista deriva en un estallido de risas, no se puede negar que se lo pasan bien. “Si no fuera así no estaríamos juntos”, comenta Mauri.
La honestidad es una cualidad que siempre está a mano en el repertorio de la prensa musical cuando se trata de ensalzar a un artista. Casi un cliché. Sin embargo, a veces es justo recurrir a ella. Durante la conversación, al hilo de la cuestión del idioma, se da el siguiente intercambio.
«Escribo sobre la lucha en la calle, que se echa en falta, sobre el despertar de las conciencias. Es lo que llevamos diciendo todos estos años y no da pasado»
Toño: Escucho muchas bandas haciendo música en español con unas letras de mierda. Si escribo en español me gustaría decir y hacer algo bueno.
Jorge: Pero ¿qué estás diciendo, que en inglés puedes escribir letras de mierda?
Toño: No, pero es mucho más sencillo, más musical.
Jorge: Sí, creo que en español es mucho más difícil. Y más valiente.
Toño: Claro, pero yo no me atrevo.
Oído esto, imposible no creer que dicen sinceramente el tópico de que este último es su mejor disco.
Después de haber grabado varios de sus trabajos en los estudios de Hendrik Röver (Los Deltonos), en Cantabria, esta vez apostaron por registrarlo en Vigo, en los Radar. Además de resultar más cómodo, el jugar en casa acabó por contribuir a esa inmediatez y frescura rock & roll que buscaban: algunos de los temas los grabaron en fin de semana después de empezar a tocarlos los días anteriores en el local de ensayo. También pudieron contar con colaboraciones y seguir añadiendo arreglos cuando, a priori, las canciones estaban terminadas. La producción y mezcla de Pablo Iglesias, además, derivó en un sonido más contemporáneo, aunque no han perdido su característica calidez añeja. Ellos estuvieron presentes en todo el proceso, de forma que tuvieron más peso en ese aspecto que anteriores ocasiones.
Una vez pase la presentación del disco en Ponteareas motivos personales les obligarán a un pequeño parón. Hacia febrero iniciarán la gira de salas, esta vez dejando Galicia para el final. Prevén abordar Madrid, Barcelona, la zona norte y también Andalucía, en donde obtuvieron buena respuesta la última vez que fueron. Confían en que las nuevas canciones, en las que apenas recurren a sus característicos desarrollos instrumentales, funcionen bien en vivo. Lo que es seguro es que si alguien va a dos de esos bolos no verá el mismo espectáculo. “Cada vez nos aburre más tocar un tema durante todo un verano”, asevera Mauro sobre su gusto por cambiar el repertorio. “Cuando nos cansamos de una canción la dejamos descansar un tiempo. Si nosotros no nos divertimos tampoco podemos transmitírselo a la gente, tiene que ver que la banda está disfrutando”, explica Toño. Como buenos herederos del rock de los 60 y 70, la improvisación es una parte relevante de su directo.
Conviven en The Soul Jacket visiones enfrentadas sobre si su música podría tener aceptación entre el gran público y sobre si todavía tienen alguna posibilidad de alcanzar el éxito, aunque hasta el más optimista, el cantante, es consciente de lo complicado de ese escenario. “Si llega a la gente puede gustarle; aquí en Vigo, personas a las que a priori parece imposible que le molemos sí que le gusta, porque tienen acceso a las canciones (…) Pero no tenemos ese punto comercial de que alguien (de la industria) lo vea y le salga el símbolo del dólar en los ojos. Como no ven billetes no apuestan”, reflexiona. Y aún así, sigue confiando en ir “piedrita a piedrita ganando batallas”. “Yo -replica Mauro- cada vez lo veo más como cuando vas en bici, mientras sigas andando al menos no te caes, pero no para llegar a un sitio en concreto, porque esto es lo que es. Y estoy muy contento así”.
En lo que hay unanimidad es en su fe en el rock como lenguaje vigente, pese a su práctica desaparición de las radios musicales y el auge de la música urbana. “Da de sí todo lo que tú como músico puedas indagar en todo su catálogo, que es inmenso. Mientras sepas coger eso y adaptarlo a tu discurso…”, razona el batería. Parece que estos galos no se van rendir muy pronto ante el Imperio.
La música de Vigo, en seis preguntas
Vuestro grupo/artista de Vigo favorito:
The Soul Jacket: Transilvanians
Un sitio para tocar en Vigo:
The Soul Jacket: La Iguana Club
El mejor concierto de Castrelos:
The Soul Jacket: Reciente, Pretenders; pasado: Cachao
Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar
The Soul Jacket: Eladio y los Seres Queridos
The next big thing de la escena viguesa
The Soul Jacket: Basanta
¿Qué opináis de la escena musical en Vigo?
Es grande y variada y goza de muy buena salud. Hay grandes músicos y grandes ideas, pero como siempre nadie es profeta en su tierra. A las bandas de aquí se les reconoce más fuera de nuestra ciudad, incluso a nivel nacional. Vigo, a nivel musical, puede competir cara a cara con ciudades como Madrid o Barcelona, el problema es que la gente de aquí ni lo sabe.