The Bo Derek’s

KAMIKAZES DEL ROCK & ROLL

Si venía usted buscando al grupo que va a crear el mejor álbum de la historia del rock & roll, es mejor que abra otra página. Ahora, si lo que quiere es una banda que le haga pasar un buen rato, que le recuerde que alguna vez esta fue la música de la diversión y del desenfreno juvenil, The Bo Derek’s son sus hombres. Sin complejos, el trío comandado por el incombustible Oscar (respetaremos su opción estética de no poner tilde) Avendaño junto con los hermanos Jorge Lorre y Rufus ‘El Guarro’ reivindica la humilde y noble tarea de que la gente “se lo pase bien y baile” en sus conciertos. Quien lo quiera experimentar tiene la oportunidad esta noche en La Iguana Club, junto a los DelTonos.

“Parece que ahora todo el mundo tiene que ser de algún modo más profundo, que las cosas divertidas no pueden ser serias. Y no es verdad: se pueden hacer las cosas muy seriamente siendo divertidos”, reflexiona Avendaño, que, dado que sus compañeros viven en Sanxenxo y uno ha sucumbido a la gripe, hace de portavoz único de la banda. “Se pueden hacer discos para divertirse y no tener que demostrar que sabes tocar. Que sin saber tocar también se pueden hacer cosas divertidas. Creemos en eso, en volver a la diversión y dejarse de tonterías”. Es decir, el Óscar antes para Con faldas y a lo loco que para La Lista de Schindler. A tenor de su agenda de conciertos desde que a estas alturas del año pasado lanzaron su primer disco, 10 (The Family Spree), esa filosofía conecta con un público nada despreciable.

Así contado parece sencillo, pero hay algo intangible que determina que un grupo funcione o no. El cantante y guitarrista, que ha estado en proyectos que solo enumerados llenarían media página, titubea y ensaya una explicación a por qué están teniendo tan buena acogida: “Creo que ha habido algo de… magia. De repente hubo chispa entre los tres; la gente ve que nos lo pasamos muy bien y entonces se contagia; si algo se tuerce nos reímos y el público entra en el juego, se divierte y sale hablando muy bien de nosotros”. Tras la explicación, añade: “Si supiese cuál es el secreto lo hubiese hecho mucho tiempo atrás y lo acentuaría para llegar más alto”.

Dice Avendaño que todo lo que hace en la vida le pasa de casualidad; esa máxima se puede aplicar a varios momentos de la trayectoria del trío. Empezando por el principio: en realidad se juntaron para grabar una canción navideña en clave de rock que le habían pedido al vigués, surgió la química y salieron del primer ensayo con un puñado de temas, que el cantante tenía en el cajón. Luego vino el siempre problemático asunto de nombrar a una banda. Estaba Avendaño pensando en alto opciones en presencia de Mauro, batería de The Soul Jacket y de dos de sus discos en solitario, cuando este le soltó “The Bo Derek’s”. Le gustó de inmediato, se le pidió y ahí quedó. “Creo que es uno de los ganchos del grupo, hace que la gente se quede enseguida con nosotros”, apunta. Se refiere, obviamente, a la hoy un tanto olvidada actriz pero también a otro de los pioneros, Bo Diddley, uno de los ídolos de la banda.

También la grabación de ‘Al carajo’ es fruto de las coincidencias. Estaban en un bolo en Bilbao, con Santander como siguiente parada, cuando Hendrick Röver, de Los DelTonos, los llamó por si querían pasarse por su estudio. En la furgoneta camino de Muriedas compusieron el tema, dedicado a un tipo con el que se toparon la noche anterior y que resultó una compañía poco grata. El texto es ciertamente escueto y directo, esta vez no parece que le haya supuesto a Avendaño “un parto”, como habitualmente le ocurre con las letras. “Me cuesta mucho que digan algo. No tienen que ser Cervantes, pero al menos que no sean una horterada y que no me arrepienta. Con eso me conformo, que dentro de 10 años pueda leerlas y diga, ‘bah, bien’. A lo mejor ya no la escribiría, pero representa cómo era, no estoy falseando nada”.

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Avendaño e Jorge Lorre, antes (o después) de irse al suelo. | Leo Acedo

En el caso de The Bo Derek’s, la parte lírica explota su lado más canallesco, con historias etílicas de barra de bar y de tentaciones varias. “No todo son vivencias propias, en algunas recoges cosas que le pasaron a tus colegas o conocidos. No quiere decir que yo haya vivido todo eso… aunque mucho sí [suelta una carcajada]. ¿Y quién no?” También tiene margen para una cierta nostalgia en ‘Jueves en Hanoi’ (hoy sala Kominsky), retrato de un cobijo para el rock en la ciudad, y para atizarle a la “burbuja” de los influencers en ‘Dulceida debe morir’. “Contra ella en concreto no tengo nada, ojalá lo pensase y me dijese algo”, bromea. No estaría mal, un beef entre vigueses canalizado desde Instagram por un lado y Bandcamp por el otro. “Puse ese título porque es la única influencer a la que conozco el nombre. Me parece ridículo vivir de cara a la galería todo el rato, que tu vida tenga que ser maravillosa todo el tiempo. Nadie tiene una vida maravillosa todo el tiempo”, razona.

Cosas de la época, como que el público de una banda de rock ronde los 40 de media. Avendaño le quita dramatismo y le pone perspectiva. “Ahora los chavales están en el trap y cosas así, me parece muy bien. Eso siempre ha sido así, lo que a tu padre le parecía cool a ti no. Es lógico que escuchen otras cosas porque es lo que les da identidad frente a sus mayores”. Recuerda que a los 80, dominados por el pop, siguió una explosión guitarrera liderada, desde distintos flancos, por Nirvana, Guns & Roses o The Black Crowes. “A lo mejor dentro de una generación, cuando los que escuchen trap sean los padres, los niños vuelven al rock para romper”. Es dudoso que The Bo Derek’s estén en activo para ese ciclo, lo que es seguro es que durante un buen rato seguirán dando guerra. De momento, ya preparan el material de su segundo disco mientras no dejan de rockear por las salas de todo el Estado.

La música de Vigo, en seis preguntas

Tu grupo/artista de Vigo favorito:

Oscar Avendaño: No tengo un grupo favorito de Vigo. Tampoco tengo un grupo favorito a nivel internacional. En Vigo hay cosas muy interesantes en general y sucede que unas semanas te gustan más unos y otras, otros distintos…

Un sitio para tocar en Vigo:

Oscar Avendaño: Sin duda, la mejor sala de conciertos de Vigo es Salasón (y está en Cangas).

El mejor concierto de Castrelos:

Oscar Avendaño: Recuerdo muchos… ahora mismo me quedo con Leonard Cohen y Tom Jones.

Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar

Oscar Avendaño: Rabuda.

The next big thing de la escena viguesa

Oscar Avendaño: Soy el peor A.R. [cazatalentos] del mundo: una vez vi a Vetusta Morla, antes de que se hiciesen famosos, y pensé: «Qué tíos más sosos… estos no van a ningún lado»… Así que mejor me callo.

¿Qué opinás de la escena musical en Vigo?

Oscar Avendaño: Siempre ha sido tremenda. Siempre ha habido bandas de todos los géneros y estilos, y siempre muy buenas… Y también hay multitud de salas… Hay una escena musical que si alguien supiese hacer algo con ella (como hacen en otros países) sería un valor añadido a la ciudad que atraería mucho público y se exportaría fácilmente.

Pero no creo que las instituciones sepan verlo. Y en cierto modo, a lo mejor es mejor así, para que no se apunten indeseables al carro (como ya ha sucedido en otras épocas).

QUIÉN ES QUIÉN

De izquierda a derecha, de The Bo Derek’s son:

Martín López González, alias Rufus ‘El Guarro’, batería y coros:

El más joven de los inseparables hermanos Lorre, de Sanxenxo. En todos los grupos forman juntos, y son unos cuantos. En activo, además de The Bo Derek’s, mantienen Los Wavy Gravies, Family Folks -con miembros vigueses- y Dead Wood. También han militado entre otros, en The Allnight Workers, junto con el cantante de The Limboos, Roi Fontoira.

Oscar García Avendaño, voz y guitarra:

Repasar la carrera de Avendaño es darse un paseo por la escena rock viguesa desde principios de los 90. Su primera banda fue Foggy Mental Breakdown, donde ya coincidió con otros sospechosos habituales como Eladio Santos, Rubén Suárez o Xabier Vieitez. Luego montaría Raindogs, donde coincidió por primera vez con Paulo Pascual. En 2001 entra como bajista de Siniestro Total, pero no deja de participar en numerosos proyectos paralelos, como Trem Fantasma -más alejados de sus coordenadas rock habituales- o Los Casanovas. En solitario sacó cuatro discos, el primero de ellos en 2012. En esta faceta más personal ha contado con distintas bandas de respaldo.

Jorge López González, alias Jorge Lorre, bajo y coros:

Idéntica lista que la de su hermano. A diferencia de con The Bo Derek’s, eso sí, en algunos de esos proyectos toca la guitarra y también es la voz principal, como en Los Wavy Gravies.

PLAYLIST

En cuatro notas


Al grito de ‘Al carajo’, su nuevo sencillo, quieren The Bo Derek’s poner a bailar a todo ser que se acerque por uno de sus conciertos. El enésimo proyecto de Oscar Avendaño es un trío de rock & roll sin más ni menos pretensiones que hacer que el público se lo pase bien. Su agenda acredita que lo van consiguiendo. “En directo somos unos kamikazes”, avisan.