PEDALEAR PARA NO CAER
Si la vida de los grupos fuese el perfil de una etapa ciclista, la de Igloo sería un típico día de media montaña, con subidas y bajadas constantes, sin puertos de altísima envergadura y sin descensos muy bruscos. Una etapa, que ya dura 15 años, recorrida con entrega, cambios en el equipo y no exenta de atisbos de gloria y alguna que otra pájara. Ahora, después de un fructífero verano de festivales, se ven de nuevo en fase ascendente; quién sabe si después de alguna de esas curvas de herradura hallarán la gran cumbre. Próxima meta volante: este viernes en La Fábrica de Chocolate, en un concierto con el que dan por comenzada la gira de despedida de Aquellos maravillosos daños (2017), el disco con el que se entregaron a la autogestión absoluta.
“Estamos en una posición muy cómoda; las salas nos conocen, no tenemos problema por tocar, acabamos haciendo varios festivales al año. Siempre puede ir mejor, pero viendo cómo están otros compañeros no nos podemos quejar”, expone Beni Ferreiro, voz, guitarra y único resistente de la formación original. Un buen momento refrendado por el reciente Premio Martín Códax en la categoría pop / indie, que se suma a otros galardones como el especial del público del Festival de Cans 2017 o el de Mejor Videoclip en los Mestre Mateo de ese mismo año. Durante la charla transmiten ese punto de calma que da el disfrutar de lo que se hace y el haber pasado por casi todos los estadios en la carrera de una banda, salvo el gran triunfo popular. “Ya está tardando”, bromea el cantante.
Reunidos los cuatro miembros actuales -completan la alineación Juanma Fernández a la guitarra, Julián Rodríguez al bajo y Alberto Torres a la batería- en una terraza de A Laxe, antes de nada nos aclaran, más o menos, de dónde es Igloo. A menudo referenciados como “de Vigo”, sobre todo en la prensa de fuera, aunque no solo, el local de ensayo y su centro creativo lo tienen en Caldas de Reis, de donde son Beni y Juanma. Eso sí, por sus filas han pasado músicos de varios puntos de Galicia, también de la escena olívica, como Alex Penido. Hoy en día la cuota del área viguesa la pone el bajista. “En los concierto decimos: ‘Somos Igloo, somos de Caldas’. Y Julián añade: ‘Y de Tomiño’”. Asunto resuelto.
Habituales en los festivales indie de todo el Estado, este año tocaron en el Son do Camiño y tuvieron la satisfacción de subirse ante miles de personas al icónico palco del Monte do Gozo, allí donde presenciaron conciertos de artistas estelares como The Cure, Muse o Arcade Fire. “Fue muy bonito, mucha gente nos comentó que fue una pasada vernos en un escenario en el que se nos observaba enormes y sonando muy bien. Es bueno también para los que vienen a salas que son menos agraciadas para sonar bien, que comprueben que un grupo al que llevan años siguiendo puede darlo todo ahí”, rememora Beni. Además, completan entre Julián y Juanma, la actuación funcionó a una hora complicada y ante mucho público que iría a ver a Rosalía.
No parece que ese éxito, ni el cosechado en el Sonorama, vayan a nublarles la vista. Recuerdan cuando, después de dos bolos triunfales en Madrid y Albacete, tocaron ante cinco personas en Murcia. “Llegamos de subidón y fue una cura de humildad muy grande. También hay que decir que en 15 años llevamos muchas; una, dos, tres… ¡pero 15! Ya agotamos el cupo”, comenta entre carcajadas generales el cantante. El bajista añade el apunte serio: “Vienen bien, porque así te das cuenta de dónde estás y de que tienes que seguir trabajando”.
La anécdota, surgida a partir de otra similar contada por Berri Txarrak en La Resistencia de David Broncano, les sirve para reflexionar sobre la tendencia a esconder la parte más áspera de la música.
Beni: Son momentos muy duros para una banda, irte a más de mil kilómetros para que no haya nadie porque el dueño no pegó carteles. Bandas sinceras como Berri Txarrak hay pocas, tiendes a ocultarlo. Deberíamos ser más sinceros.
Julián: Me hacen gracia las bandas que se hacen la foto al final del concierto con todo el público detrás, como están todos juntos parece que está petado, pero a lo mejor hay 20.
Beni: Acabamos de perder la amistad de 45 grupos, ja ja ja.
Juanma: A mí también me parece cuestión de actitud. Ese día en Murcia teníamos dos maneras de plantearnos el bolo, o ‘vaya mierda’ o lo que hicimos, salir y que se fastidien los que no vinieron. A lo mejor esa actitud nos dio mejores referencias que se hubiesen venido 40, pero claro, la hostia monetaria te la llevas.
“Si el término indie significa independiente, sí, somos muy indies; ahora, por el estilo, ya no sé, tenemos nuestro propio sonido”, expone Juanma sobre el eterno dilema de las etiquetas. Tercia Beni: “Al final no deja de ser pop-rock de toda la vida”. Y cuando se le comenta que en Aquellos maravillosos daños hay temas muy potentes como para encasillarlos en el pop, Julián bromea: “Somos indies metaleros”. “Yo lo que quería era tocar en el Resu[rrection Fest], pero bueno”, se suma al debate Alberto, en su primera intervención, antes de contar su experiencia con la Agencia Tributaria. “Tenemos un repertorio de temas cañeros que podríamos ir, si nos cambiamos un poco las pintas”, insiste Julián.
De momento, no parece que el cambio de imagen esté en sus planes. Intentarán estirar al máximo la vigencia de este disco – es muy caro grabar y están muy contentos con el resultado -, y planean la grabación de un vídeo nuevo, para el tema ‘Bloguers de sofá’, crítica al postureo que brota en el mundillo y, al tiempo, homenaje a las salas, festivales y bandas que hacen posible que exista algo así como una escena. Lo harán a su (actual) estilo, sin prisas, buscando entregar algo original y de calidad, en lugar de entrar en la carrera imposible de lanzar material cada tres semanas. Lo resume Juanma: “Son 15 años y no tenemos que demostrar nada, quien nos sigue ya sabe cómo es Igloo, eso nos da tiempo para hacer las cosas a nuestra manera”.
La música de Vigo, en seis preguntas
Vuestro grupo/artista de Vigo favorito:
Julián: Aphonnic, me encanta su humildad y su forma de trabajar.
Beni: Piratas.
Alberto: Aphonnic.
Juanma: The Soul Jacket.
Un sitio para tocar en Vigo:
Julián: La Fábrica de Chocolate, es nuestra segunda casa en Vigo.
Beni: Cualquier local de Churruca.
Alberto: La Fábrica de Chocolate.
Juanma: La Iguana.
El mejor concierto de Castrelos:
Julián: Por trabajo este año solo pude ver a Lauryn Hill y 30 seconds to Mars. Yo soy más de Jared Leto… (aparte me subieron al escenario!).
Beni: Jamiroquai.
Alberto: Metallica.
Juanma: Vetusta Morla.
Un grupo/artista de Vigo al que reivindicar
Julián: ¡Tony Lomba debería de tener diez Grammys por lo menos!
Beni: Basanta.
Alberto: Basanta.
Juanma: Amaro Ferreiro.
The next big thing de la escena viguesa
Julián: Furious Monkey House.
Beni: Deseando una unión de bandas viguesa de una vez por todas. Ese sería la real big thing.
Alberto:Estoy un poco desconectado de la escena viguesa (vivir en Cuntis es lo que tiene!).
Juanma: Basanta.
¿Qué opináis de la escena musical en Vigo?
Julián: Aunque estoy un poco desconectado últimamente (ser papi es lo que tiene) creo que está en forma. Tenemos varias bandas amigas con una larga trayectoria y que están girando siempre por los mejores festivales del país (Villanueva, Maryland… ). La verdad es que brilla con luz propia (incluso más que las navidades viguesas!) 😉
Beni: En una dinámica buena, pero esperando algún pico que destaque de nuevo (toca ya).
Juanma: Creo que la escena musical viguesa es de lo más rica y diversa. Solo con lo que se cuece en la ciudad, entre grandes nombres y bandas/artistas emergentes, podría hacerse un festival con un cartel de gran calidad.